Hace unos días se pusieron en contacto conmigo de una empresa especializada en marketing online,
Addoor.net, para invitarme a un encuentro de Javier Reverte, el escrito de libros de viajes más popular de España, con una selección de bloggers de viajes.
Acepté inmediatamente por dos razones: la primera es que los que nos dedicamos a esto de viajar no solemos vernos mucho y quedar, porque estamos precisamente de viaje, y la segunda es que con Javier Reverte me unen una serie de coincidencias y casualidades desde 1996.
Siempre cuento que la semilla para que me convirtiera en viajero profesional fue plantada cuando era niño y leía a Julio Verne siempre con un mapamundi cerca, que esa semilla empezó a germinar en el verano de 1976, cuando, con el descaro de un adolescente y el entusiasmo de una nueva España surgida tras la muerte de Franco, me recorrí España a dedo con un amigo, durmiendo en playas, portales, parques, obras, etcétera, y comiendo de bocadillo durante varios meses.
Ese brote verde quedó latente durante muchos años hasta que en 1996 creció de repente gracias al sol africano y la ruta que hice por Kenya, Uganda, Zaire, Tanzania y Zanzibar en verano, en la que vi África desde su punto más alto, la cumbre del Kilimanjaro, y me enamoré perdidamente de La Ciudad de Piedra en Zanzibar.
Cuando regresé de ese viaje me regalaron un libro que acababa de salir, El sueño de África, escrito por un periodista llamado Javier Reverte, y en el libro contaba la ruta que había hecho prácticamente por los mismos lugares que yo acababa de recorrer.
Devoré el libro cual león hambriento y unos meses después dejé mi trabajo, y regresé varios meses, esta vez al África austral, para inocularme de una nueva dosis del Mal de África.
Han pasado 13 años, unos 100 países, 500.000 km recorridos, miles de experiencias vitales a través sobre todo de las geografías humanas de este mundo.
En este tiempo he leído unos cuantos libros de Javier Reverte, y he sabido de sus andanzas a través de amigos comunes, Eduardo Riestra, editor de Ediciones del Viento de la Coruña, y Santos Valenciano, de la librería deviaje en Madrid, pero nunca había coincidido personalmente con Javier.
El
Hotel Kafka, escuela de escritores en Madrid, fue el punto de encuentro perfecto, ya que la cucaracha de su logotipo algo que conocen perfectamente todos los viajeros de verdad y no los de VISA y hotel de muchas estrellas.
Javier es casi mejor comunicador en persona que a través de sus libros, y nos contó anécdotas, historias, pinceladas y secretos de su éxito como escritor de viajes, dejando claro que él viajaba para escribir, y que se consideraba principalmente un escritor que también escribe narrativa, poesía, y reportajes, y que todo ello tiene su origen en los muchos años en que ejerció de periodista por el mundo adelante.
Confesó que sólo usaba Internet para reservar billetes de avión y hoteles, algo que yo sospechaba ya, pero esta afirmación dejó con caras estupefactas a unos cuantos asistentes al evento.
Nos dejó frases que no por oídas siguen sonando frescas e inteligentes, como que a la pregunta típica de los periodistas sobre cual había sido su mejor viaje, él siempre responde : "¡el próximo!", y otras perlas como "viajar es asomarse a muchas almas", "viajo sólo porque cuando viajamos en pareja o en grupo lo hacemos en una burbuja", o "no me interesan las piedras, me interesa la gente".
Nos contó que cuando viaja toma muchas notas, que cada noche pasa a limpio y rehace, que después del viaje se pone a escribir, que cuando escribe algo que a él mismo le aburre lo quita enseguida porque al lector le va a aburrir más, y que tiene a su mujer como "controladora del ego" para hacer la lectura final del libro y reducir la parte que a tantos escritores de viajes les sale del "yo, mi, me, conmigo".
A la hora de las preguntas surgieron varias sobre la estructura que debe tener un libro de viajes, que a veces hay que empezarlo por el final para atrapar al lector, y que es importante dar una estructura ordenada al caos que es el mundo, quitando personajes que a lo mejor en el viaje fueron importantes, pero no para el libro, y potenciando a otros que en su momento no lo parecieron, como comentó Javier cuando una señora, al despedirse de él en el barco en que surcó el Amazonas, le dijo, "qué pena, nunca más nos volveremos a ver en la vida".
El ágape posterior a la charla fue también muy interesante, porque me permitió conocer a otros viajeros, y me reafirmó en mi teoría de que no hay dos viajeros iguales en el mundo, que las razones que nos llevan a dejar el abrigo cálido de nuestro hogar y cambiarlo por la incertidumbre de dónde dormiré esta noche, son en cada caso personales e íntimas.
Haz
clic para ver un video con 5 minutos brillantes del encuentro con Javier Reverte.
Os dejo la relación de blogeros de viajes que estuvieron representados en el evento.
El rincón de seleA salto de mataAines en rutaCumplir un sueñoDesde SaigónDiarios de un fotógrafo de viajesEdu y Eri viajesExpatriadaMiss ViajesSergi BeliverUn mundo en la mochilaViaje al atardecerIntentando recorrer el mundoVagamundos¡¡ Hasta Pronto !!
Carlos, desde Madrid, 3 de noviembre de 2009.